Oh San Judas Tadeo, apóstol y fiel seguidor de Jesús, me postro ante ti en este día con un corazón rebosante de gratitud. Te doy gracias por tu poderosa intercesión y por las bendiciones que has derramado en mi vida.
En este momento de reflexión, quiero expresar mi agradecimiento por todas las gracias y favores que has obtenido para mí mediante tu intercesión ante Dios.
Doy gracias por la fe que me has ayudado a mantener en los momentos de duda y desesperación. Tú, San Judas Tadeo, eres conocido como el patrón de las causas difíciles, y en las situaciones más complicadas has sido mi guía y consuelo.
Gracias por el amor y la esperanza que has infundido en mi corazón. Tu ejemplo de devoción a Dios y tu valentía para proclamar la verdad me inspiran a seguir creyendo y a confiar en la misericordia divina.
Agradezco por la familia y los amigos que has puesto en mi vida, por su apoyo incondicional y por ser fuentes de amor y consuelo en los momentos difíciles. Gracias por las lecciones que he aprendido a través de las pruebas y tribulaciones, porque sé que cada desafío ha contribuido a mi crecimiento espiritual y personal.
En este nuevo día, te pido, San Judas Tadeo, que continúes intercediendo por mí y por todos aquellos que necesitan tu ayuda. Concédenos la fuerza para superar obstáculos y la confianza en que Dios siempre escucha nuestras peticiones.
En tu nombre, San Judas Tadeo, elevo esta oración de agradecimiento y súplica. Amén.