Oh, venerable San Charbel, en este hermoso sábado me inclino ante tu ejemplo de profunda fe y devoción, inspirado por tu vida de oración y servicio a Dios.
Tu fe inquebrantable y tu compromiso con Cristo son una fuente de inspiración para todos nosotros, y en este día, deseo expresar mi agradecimiento por el don de la fe y por las bendiciones que ha traído a mi vida a través de tu intercesión.
San Charbel, monje humilde y modelo de fe silenciosa, entiendo que tu fe te llevó a una vida de sacrificio y comunión con Dios. Hoy, te agradezco por mostrarnos cómo la fe puede iluminar nuestro camino y llevarnos más cerca de la presencia divina.
En este hermoso sábado, doy gracias por la fe que me ha sostenido en los momentos de oscuridad y por el regalo de creer en un Dios amoroso y misericordioso. Agradezco por la fe que me ha dado la fuerza para enfrentar las pruebas y la paz interior para confiar en que la voluntad de Dios es perfecta.
San Charbel, te agradezco por tu poderosa intercesión en favor de todos aquellos que te invocan con fe. En este día de gratitud, te pido que sigas fortaleciendo mi fe y la de todos los que acuden a ti en busca de consuelo y ayuda. Ayúdame a vivir mi fe de manera auténtica y a seguir el camino de Cristo con alegría y humildad.
Que este hermoso sábado sea un recordatorio de que la fe es un regalo precioso que debemos nutrir y compartir con los demás. San Charbel, te encomiendo mi fe y mi vida en este día y siempre. Amén.
Que la luz de la fe ilumine este hermoso sábado y cada día de mi vida, siguiendo el ejemplo y la devoción de San Charbel. Amén.