En este martes 28, día en que honramos a San Judas Tadeo, mi corazón rebosa de gratitud y devoción al santo patrón que ha sido mi guía y protector. En la luminosidad de esta jornada especial, elevo mi voz en una oración cargada de agradecimiento por el favor celestial que he recibido a través de su intercesión.
Oh, San Judas Tadeo, apóstol valiente y defensor de las causas imposibles, en este día consagrado a tu honor, me postro ante ti con un corazón lleno de reconocimiento.
Tu intercesión ha sido mi ancla en momentos de dificultad, y hoy, en especial, quiero expresar mi profunda gratitud por el favor que has obtenido para mí.
En este día sagrado, reflexiono sobre tus virtudes y la fuerza de tu fe. Has sido testigo de incontables milagros y has extendido tu ayuda a aquellos que, como yo, te han invocado con esperanza.
San Judas, te agradezco por tu constante presencia en mi vida, por tu guía en los momentos oscuros y por la certeza de que no estoy solo en mis tribulaciones.
En esta oración, pido que aceptes mi agradecimiento sincero y humilde. Reconozco tu poderosa intercesión y me maravillo ante la gracia divina que has obtenido para mí. Que este día especial sea un recordatorio de tu generosidad y amor infinito.
Que la luz de tu fe ilumine mi camino en este martes 28 y en todos los días que están por venir. Que tu protección y guía continúen fortaleciendo mi espíritu y renovando mi fe en la providencia divina.
San Judas Tadeo, hoy te celebro con alegría y gratitud. Que tu ejemplo inspire mi vida diaria y que tu intercesión siga siendo un faro de esperanza en mi existencia. Gracias por tu amor incondicional y por ser mi intercesor ante el Altísimo.
Con un corazón rebosante de gratitud, me despido, confiando en que tu bendición continúe acompañándome en cada paso de mi camino. Amén.