En este amanecer radiante de jueves, elevo mi espíritu hacia San Charbel Makhlouf, humilde monje ermitaño y poderoso intercesor ante el trono divino. Con reverencia y fe, me acerco a ti, confiando en tu capacidad para llevar mis peticiones y anhelos a la presencia de Dios.
San Charbel, ejemplo de entrega y contemplación, te suplico que me guíes en este nuevo día. Ilumina mi camino con tu luz espiritual, permitiéndome discernir la voluntad divina en cada paso que tome. Te pido que me concedas la serenidad para enfrentar los desafíos y la determinación para superar las dificultades.
En esta mañana, te encomiendo mis necesidades y deseos más profundos. Te pido por la salud y bienestar de mis seres queridos, por la paz en mi corazón y por la sabiduría en mis decisiones. Te ruego que intercedas por aquellos que atraviesan momentos de sufrimiento y confusión, para que encuentren consuelo en tu poderosa intercesión.
San Charbel, ermitaño de la oración, te pido que ores por nosotros y presentes nuestras peticiones ante Dios. Intercede por la sanación física, emocional y espiritual de aquellos que están necesitados. Que tu amor y compasión lleguen a cada rincón del mundo, brindando esperanza y alivio a quienes te buscan.
En esta mañana, te agradezco por tu ejemplo de vida y por ser un faro de inspiración en nuestra búsqueda de una conexión más profunda con lo divino. Te confío mis preocupaciones y deseos, sabiendo que tu intercesión puede obrar milagros.
Te pido que ilumines mi camino en este día que comienza. Guía mis pasos y dirige mis decisiones para que estén alineadas con la voluntad de Dios. Concédenos la sabiduría necesaria para enfrentar los retos que se presenten y la fortaleza para perseverar en medio de las pruebas.
San Charbel, acompáñame en este día con tu presencia espiritual. Ayúdame a mantener una actitud de gratitud y a reconocer las bendiciones que Dios derrama sobre mí. Que tu intercesión me acerque aún más a la gracia divina y me fortalezca en mi camino de fe. Amén.