Oh, San Judas Tadeo, apóstol amado de Jesucristo y patrón de las causas difíciles, me arrodillo en humildad y gratitud en el umbral de esta nueva semana. En el inicio de este lunes, vengo a ti con un corazón lleno de esperanza y fe, reconociendo tu poderosa intercesión y amor inquebrantable por todos nosotros.
En esta semana que comienza, te pido que derrames tus bendiciones sobre mi camino y el de mis seres queridos. Que tu manto de protección nos envuelva, guardándonos de los peligros, las tentaciones y las adversidades que puedan surgir. Ayúdanos a avanzar con valentía, confiando en la guía divina y en el amor infinito de Dios.
San Judas Tadeo, apóstol valiente y testigo de los milagros de Jesús, te imploro que me guíes en mis acciones y decisiones a lo largo de esta semana. Permíteme reflejar la luz de Cristo en todo lo que hago y ser un instrumento de amor y paz en el mundo que me rodea. Fortalece mi fe, alimenta mi esperanza y enciende en mí el fuego de la caridad.
En este lunes, te traigo mis peticiones más profundas y personales. (Aquí menciona tus peticiones con sinceridad y humildad…)
San Judas Tadeo, confío en tu poderosa intercesión y en tu disposición de ayudar a aquellos que te buscan con fe sincera. Te encomiendo mis necesidades y deseos, sabiendo que tú eres un amigo en quien podemos confiar. Escucha mis súplicas y, de acuerdo con la voluntad de Dios, concédeme tu ayuda y consuelo.
Gracias, San Judas Tadeo, por tu devoción incansable y por ser una fuente de esperanza en momentos de necesidad. Encomendamos esta semana a tu amorosa intercesión, confiando en que caminaremos con Dios a nuestro lado. Amén.