Oh San Charbel, luminoso faro de amor y gracia, en este nuevo día, ante tu imagen nos inclinamos con esperanza. Elevamos nuestra voz y nuestro corazón al cielo, buscando tu intercesión, oh Santo amado y fiel.
En tu vida terrenal, experimentaste el amor divino, caminando en la senda de Cristo, el amor más genuino. Aprendimos de tu ejemplo, de tu humildad y servicio, y hoy te imploramos, San Charbel, para que nos des alivio.
Danos, oh Santo querido, la fuerza para amar sin medida, como Cristo nos amó, con una entrega sin medida. Que en cada uno de nuestros actos y palabras, brille la luz de tu amor, oh San Charbel, en nuestras jornadas.
Que nuestras relaciones estén tejidas con hilos de caridad, que nuestras vidas sean testimonios de fraternidad. Que donde haya discordia, llevemos paz y armonía, y en cada corazón, siembre amor, como el sol al nuevo día.
Oh San Charbel, en este día que se abre ante nosotros, te pedimos, por favor, que seas nuestro guía valioso. Inspíranos a dar amor sin esperar recompensa alguna, y a amar incluso a aquellos que en nosotros no encuentran fortuna.
Que nuestro amor se extienda como un río caudaloso, que alcance a todos, sin importar su estado o su destino. Que seamos reflejos vivos del amor de nuestro Señor, guiados por tu ejemplo, oh San Charbel, con fervor.
Que, al final de este día, podamos mirar atrás con gratitud, por las oportunidades de amar y mostrar virtud. Gracias, San Charbel, por tu amor y protección constante, danos fuerzas para amar un día más, ¡Oh, Santo amante!
Amén.