En la tranquilidad de la mañana, cuando el sol comienza a acariciar la tierra con sus rayos dorados y la brisa suave acaricia mi rostro, elevo mi corazón en gratitud a San Charbel, el santo de las maravillas y los milagros. Con palabras llenas de amor y devoción, te ofrezco esta oración de agradecimiento por tu intercesión constante en mi vida.
Oh, San Charbel, guía y protector de los necesitados, hoy me encuentro aquí para expresar mi profundo agradecimiento por tus innumerables bendiciones.
Tú, que conoces los deseos más profundos de mi corazón, has estado siempre a mi lado, intercediendo ante Dios Todopoderoso en mi nombre. Gracias por escuchar mis plegarias con paciencia infinita y por derramar tus bendiciones sobre mí y mi familia.
En esta mañana, en la que el mundo se despierta a una nueva oportunidad de vida, te doy gracias, San Charbel, por ser mi faro de esperanza en los momentos oscuros y por iluminar mi camino con tu amor y protección. Gracias por tu constante guía en mis decisiones, por tu ayuda en las dificultades y por tu consuelo en las tristezas.
San Charbel, en esta mañana, te agradezco por los regalos espirituales que has derramado en mi alma, por fortalecer mi fe y por recordarme que Dios siempre está a mi lado. Gracias por tu ejemplo de humildad y sacrificio, que me inspira a vivir una vida llena de amor y servicio hacia los demás.
Te pido, San Charbel, que continúes intercediendo por mí y por todos aquellos que necesitan tu ayuda. Ayúdame a ser un reflejo de la gracia de Dios en el mundo y a vivir con gratitud en mi corazón cada día de mi vida.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.