En la tranquilidad de este momento, elevo mi corazón hacia San Charbel, protector y guía de aquellos que buscan la paz en sus vidas. En este instante de serenidad, agradezco por todas las bendiciones que has derramado sobre mí a lo largo de este día.
San Charbel, modelo de humildad y devoción, te pido que ilumines mi camino con tu sabiduría divina. Que cada paso que dé sea guiado por la luz de tu amor, y que mis acciones reflejen la compasión y la comprensión que has demostrado a lo largo de tu vida.
Hoy, he enfrentado desafíos y alegrías, pero en este momento de reflexión, reconozco tu presencia constante en mi vida. Agradezco por las bendiciones recibidas y por las lecciones aprendidas, sabiendo que cada experiencia es una oportunidad de crecimiento y acercamiento a la divinidad.
San Charbel, encomiendo a tu amorosa intercesión mis preocupaciones y anhelos. Que en la quietud de la noche, sienta la paz que solo proviene de confiar en la providencia divina. Sé mi refugio y mi fortaleza mientras me preparo para descansar.
Bajo tu amparo, San Charbel, me despido de este día con gratitud en el corazón. Que tus bendiciones envuelvan mis sueños y guíen mis pensamientos hacia la luz y la esperanza. Que mi descanso sea reparador y que despierte con renovada energía para enfrentar un nuevo día con confianza en la misericordia divina.
En el nombre de San Charbel, deposito mi confianza y mi ser. Amén.