En esta noche serena y silenciosa, elevo mi voz en oración, agradecido por el regalo de otro día vivido. Gracias, Señor, por las oportunidades que me has brindado, por las bendiciones que he recibido y por las lecciones que he aprendido.
En este momento de calma, reconozco tu presencia en mi vida y te entrego mis pensamientos, preocupaciones y anhelos.
Señor, te pido que velen por aquellos que más lo necesitan en este mundo. Aquellos que luchan contra la enfermedad, la soledad o la desesperanza. Concede fortaleza a los que atraviesan momentos difíciles y guía sus pasos hacia la luz.
En esta noche, te pido también por mi familia y amigos. Cuídalos y protégelos mientras descansan, y llénalos de amor y alegría. Que nuestras relaciones se fortalezcan con cada nuevo día, y que siempre prevalezca el entendimiento y la armonía en nuestros lazos.
Te ruego que me des sabiduría y discernimiento para tomar decisiones correctas en mi vida. Ayúdame a ser una persona mejor, más compasiva y generosa. Abre mi corazón a la comprensión de los demás y permíteme ser una fuente de amor y apoyo para quienes me rodean.
Finalmente, Señor, te entrego esta noche y mi descanso. Que tu paz llene mi corazón y mi mente, permitiéndome tener sueños tranquilos y reparadores. Protege mi hogar y mi familia durante la noche y lléname de gratitud al despertar por un nuevo día de vida que me regalas.
En tu nombre, amén.