Oh San Judas Tadeo, apóstol fiel y patrón de las causas difíciles, en esta tranquila noche del jueves me acerco a ti con humildad y gratitud en mi corazón. En medio de la oscuridad que envuelve el mundo, busco tu luz, tu guía y tu protección.
En esta noche de reflexión y recogimiento, te pido, San Judas, que intercedas ante el Altísimo por todos aquellos que necesitan tu ayuda. Que tu amor y tu compasión abracen a aquellos que están atravesando momentos difíciles, enfermedades, desafíos económicos, o cualquier otro tipo de adversidad. Tú, que eres conocido como el Santo de los imposibles, sé el faro de esperanza en sus vidas.
En esta noche, te agradezco por tu constante intercesión en mi vida y en la vida de aquellos a quienes amo. Gracias por ser el protector de las causas desesperadas y por nunca abandonarnos en nuestros momentos de necesidad.
San Judas Tadeo, enséñanos a vivir con fe y esperanza, incluso cuando las circunstancias parezcan oscuras y desalentadoras. Ayúdanos a recordar que siempre hay una luz al final del túnel y que, con la ayuda de Dios y tu intercesión, podemos superar cualquier obstáculo.
En esta noche, te encomiendo mis sueños y deseos, confiando en que, si es la voluntad de Dios, se cumplirán en su tiempo perfecto. También te pido que me des la fortaleza y la sabiduría para enfrentar los desafíos que se presenten en mi camino.
San Judas Tadeo, ruega por nosotros, por nuestras familias y por todo el mundo. Que tu amor y tu poder sanador nos acompañen en esta noche y en todas las noches por venir. Amén.