En esta noche del martes 26, nos dirigimos a ti, San Charbel, con humildad y gratitud en nuestros corazones. Te invocamos para que intercedas ante el Todopoderoso en favor de nuestro descanso reparador de fuerzas.
Reconocemos tu sabiduría y la gracia que emana de tu conexión con lo divino.
Encomendamos a tu cuidado nuestras preocupaciones y fatigas del día que termina. Con fe, depositamos en tus manos el agotamiento que pesa sobre nuestros cuerpos y almas. Pedimos tu intercesión para que podamos experimentar un sueño sereno y revitalizador.
San Charbel, guía celestial, sabemos que tu devoción a Dios es ejemplar y que tu vida fue un testimonio de perseverancia y entrega. Encomendamos nuestras noches a tu intercesión, confiando en que, como siervos fieles, recibiremos la paz que proviene de la presencia divina.
Concede, oh San Charbel, que esta noche sea un tiempo de descanso profundo y restaurador. Que en nuestros sueños podamos encontrar alivio para nuestras preocupaciones y consuelo para nuestras penas.
Que la luz divina ilumine nuestro descanso, disipando cualquier oscuridad que pueda perturbar nuestra paz interior.
Te agradecemos, San Charbel, por tu intercesión constante. Confiamos en que, bajo tu amorosa mirada, obtendremos el descanso que necesitamos para enfrentar un nuevo día con fortaleza renovada.
Que esta noche sea un refugio de paz en la que experimentemos la cercanía divina y nos levantemos mañana con ánimo y vigor. Amén.