Oh, San Charbel, en esta apacible noche de martes, te dirigimos nuestras plegarias con profunda devoción y respeto. Tú, que eres conocido por tu vida de oración y sacrificio, eres un faro de inspiración para todos los que buscan una conexión más profunda con Dios.
En esta noche, recordamos tus virtudes y tu ejemplo de humildad y entrega a la voluntad divina. Tu vida de soledad y contemplación nos enseña la importancia de la paz interior y la comunión con Dios en medio de los desafíos y tribulaciones de la vida.
San Charbel, te pedimos que intercedas por nosotros esta noche, así como lo has hecho a lo largo de los años. Concédenos la gracia de cultivar la serenidad y la perseverancia en nuestras vidas, como tú lo hiciste en el silencio del monasterio.
Te encomendamos nuestras preocupaciones y dificultades, sabiendo que tu intercesión ante Dios es poderosa. Ayúdanos a encontrar la fuerza para cargar nuestras cruces con paciencia y amor, confiando en que Dios tiene un propósito para cada una de nuestras pruebas.
San Charbel, te pedimos especialmente por la paz en el mundo y por la unidad entre todas las personas, sin importar sus diferencias. Ruega por nosotros y por aquellos que necesitan sanación física y espiritual.
Que en esta noche de martes, podamos experimentar la tranquilidad que emanaba de tu vida consagrada y la alegría de sentirnos más cerca de Dios. Te agradecemos por tu intercesión y confiamos en tu poderosa ayuda. Amén.