En la serenidad de esta noche, oh San Charbel, nos dirigimos a ti con corazones agradecidos por el don de un día de trabajo cumplido y las bendiciones que nos has concedido.
En tu nombre, buscamos refugio y consuelo, agradeciendo por las labores desempeñadas y las metas alcanzadas.
Oh, San Charbel, patrón de la paz y la tranquilidad, te pedimos que derrames tu luz sobre nuestro hogar y familia. Que tu divina presencia llene cada rincón, disipando las tensiones del día y brindándonos armonía para disfrutar de este tiempo sagrado juntos.
Te agradecemos por el sustento que nos has provisto y por la fuerza que nos has otorgado para enfrentar los desafíos diarios. Con humildad, depositamos nuestras preocupaciones a tus pies, confiando en tu intercesión para que podamos descansar en paz y serenidad.
San Charbel, protector de los hogares y defensor de la fe, te pedimos que guíes nuestros pensamientos hacia la gratitud y la reflexión en esta hora nocturna.
Concédenos la sabiduría para apreciar los pequeños momentos de alegría en la rutina diaria y para reconocer las bendiciones que nos rodean.
Que en la quietud de esta noche, nuestras almas encuentren descanso en la certeza de tu amor y protección. Amén.