En la serenidad de esta noche de sábado, elevo mi corazón hacia San Judas Tadeo, apóstol fiel y patrón de las causas difíciles. En este momento de tranquilidad, me uno a ti, oh glorioso San Judas, con la esperanza de recibir tu intercesión divina para obtener un descanso favorable.
Te imploro, oh bondadoso San Judas Tadeo, que escuches mis plegarias y ruegos en esta noche especial. Que tu poderosa intercesión llegue a los oídos de nuestro Señor, llevando consigo mis deseos de descanso y paz.
Encomiendo a tu divina protección mis preocupaciones y fatigas acumuladas durante la semana, confiando en que tu intercesión sea la llave que abra las puertas de un merecido descanso.
Que en esta noche, llena de silencio y reflexión, mi corazón encuentre consuelo en tu poderosa presencia. Que tu luz ilumine mi camino y disipe cualquier sombra que haya oscurecido mi paz interior.
San Judas, protector de los afligidos, te pido que alejes las inquietudes y angustias, permitiéndome experimentar un reposo reparador que restaure mi cuerpo y alma.
Con humildad y devoción, te entrego mis preocupaciones y anhelos. Confío en que, a través de tu intercesión, encontraré el descanso que necesito para afrontar con renovadas fuerzas los desafíos que el mañana pueda deparar. Gracias, oh San Judas Tadeo, por ser el amigo fiel que intercede por nosotros ante el Todopoderoso.
Que esta noche sea bendecida por tu presencia, oh glorioso San Judas, y que el descanso favorable que imploro sea otorgado según la voluntad divina. Amén.