En la quietud de esta noche de sábado, elevo mi corazón en una oración serena, confiando en la paz que San Charbel puede otorgar. Bajo el manto estrellado, deposito mis preocupaciones y cansancios, confiando en que su intercesión guiará mis sueños hacia un descanso reparador.
San Charbel, fiel servidor de Dios, te imploro que ilumines mi mente y tranquilices mi espíritu en esta hora de reposo. Con humildad, reconozco la necesidad de un descanso bueno y reparador para renovar mis fuerzas físicas y espirituales.
Te encomiendo mi noche, poniendo en tus manos la fatiga del día y las inquietudes que puedan rondar mi mente.
Que tu presencia, oh San Charbel, sea una luz suave que disipe cualquier sombra de preocupación. Inspira mis sueños con la esperanza y la confianza en la providencia divina. Que, al cerrar mis ojos, pueda sentir la paz que solo proviene de la entrega a la voluntad de Dios.
Te ruego, San Charbel, intercede por mi descanso, para que pueda despertar renovado y lleno de energía para enfrentar los desafíos del nuevo día. Que tu guía celestial me acompañe incluso en mis sueños, conduciéndome hacia la serenidad y la armonía interior.
En esta noche de sábado, consagro mi descanso a la protección amorosa de San Charbel. Que su influencia divina envuelva mi dormir y que, al despertar, sienta la presencia cercana de la paz que proviene de la confianza en Dios.
Amén.