Oh San Judas Tadeo, apóstol de la Iglesia y fiel amigo de nuestro Señor Jesús,
En esta tranquila noche, alzo mi voz hacia el cielo, buscando tu intercesión y amparo. En la quietud de este momento, me acerco a ti con humildad y gratitud por tu inquebrantable bondad y poder.
San Judas, patrón de las causas difíciles y desesperadas, sé que en esta hermosa noche, tu luz brilla más intensamente que las estrellas en el firmamento. Te pido que derrames tus bendiciones sobre mí y sobre todos aquellos que están en necesidad. Que tu sabiduría ilumine nuestras mentes y que tu compasión alivie nuestros corazones.
Que esta noche esté colmada de paz y serenidad, como un regalo divino que emana de la presencia de Dios. Que las estrellas en el cielo sean testigos de nuestras peticiones y que tus manos protectoras guíen nuestros pasos en la oscuridad.
San Judas Tadeo, en esta hermosa noche, te encomiendo mis preocupaciones y anhelos, sabiendo que tú eres el intercesor de las causas imposibles. Te ruego que nos asistas en nuestras dificultades y que nos ayudes a superar los obstáculos que se presenten en nuestro camino.
Que esta noche sea una noche de renovación espiritual, donde podamos sentir la presencia de Dios en cada suspiro y en cada latido de nuestro corazón. Encomendamos nuestras vidas a tu cuidado y protección, confiando en tu amor y en la gracia divina.
Gracias, San Judas Tadeo, por escuchar nuestras plegarias en esta hermosa noche. Amén.