Querido San Charbel, santo de milagros y protector de aquellos que buscan consuelo y paz, en esta noche vengo a ti con humildad y devoción. Tú que viviste una vida de entrega total a Dios, alejado de las tentaciones del mundo y entregado a la oración y al sacrificio, te pido que intercedas por mí ante el Señor.
San Charbel, en la quietud de esta noche, cuando el mundo se sumerge en el silencio y la oscuridad, te ruego que me acompañes y me concedas tu bendición. Protégeme de las angustias y miedos que puedan invadir mi mente y mi corazón. Que tu presencia sea un faro de luz que ilumine mi camino y me guíe hacia un sueño reparador y tranquilo.
Oh, San Charbel, tú que fuiste conocido por tus innumerables milagros y por tu capacidad de sanar tanto el cuerpo como el alma, te pido que derrames tus bendiciones sobre mí y sobre mis seres queridos. Que la paz que tú encontraste en tu vida ermitaña se refleje en mi hogar y en mi corazón.
En esta noche, te encomiendo todas mis preocupaciones y ansiedades. Ayúdame a confiar en la providencia divina y a recordar que Dios siempre tiene un plan para mí, incluso en los momentos de mayor incertidumbre. Que tu ejemplo de fe inquebrantable me inspire a seguir adelante con valentía y esperanza.
San Charbel, te pido también por aquellos que están pasando por momentos de dificultad y enfermedad. Intercede por ellos y llévales consuelo y sanación. Que tu amor y tu intercesión lleguen a todos los rincones del mundo, llevando luz y esperanza a quienes más lo necesitan.
Finalmente, querido San Charbel, te agradezco por tu amor y protección. Que esta noche pueda descansar en la paz de Dios, sabiendo que tú estás cuidando de mí y de mis seres queridos. Amén.