Oh, glorioso San Judas Tadeo, apóstol y fiel intercesor ante el Todopoderoso, me dirijo a ti en este nuevo día con humildad y esperanza.
Tú, que has sido reconocido como el patrón de los casos difíciles y desesperados, te imploro que derrames tus bendiciones sobre mí para afrontar este día con energía, salud y la gracia divina que solo tú puedes obtener.
San Judas Tadeo, mensajero de la esperanza, te pido que infundas en mi ser la energía necesaria para enfrentar los desafíos que este día pueda presentar. Con tu intercesión ante Dios, confío en que recibiré la fortaleza para superar obstáculos y la vitalidad para llevar a cabo mis responsabilidades con entusiasmo.
En tu calidad de protector de los afligidos, te ruego que extiendas tu mano sanadora sobre mi cuerpo, mente y espíritu. Concede la salud que necesito para realizar mis labores diarias con alegría y bienestar. Que tu influencia divina disipe cualquier sombra de enfermedad y fortalezca mi sistema inmunológico, permitiéndome disfrutar de la plenitud de la vida.
San Judas Tadeo, abogado de las causas imposibles, también te pido que me otorgues la sabiduría para tomar decisiones acertadas y la prudencia para enfrentar situaciones complejas. Que tu luz divina guíe mis pasos y que, en cada acción que emprenda, refleje el amor y la compasión que promueves.
Confiado en tu intercesión, te suplico que intercedas ante Dios para que este día esté lleno de bendiciones. Que la gracia divina me acompañe en cada paso que dé, en cada palabra que pronuncie y en cada pensamiento que albergue. Que la paz que solo proviene de Dios reine en mi corazón y en mi entorno.
San Judas Tadeo, amigo de los que buscan ayuda, te agradezco por tu constante intercesión. Que mi jornada esté colmada de salud, energía y bendiciones, para gloria de Dios y bienestar de todos los que me rodean.
Amén.