En este nuevo amanecer, recurrimos a ti, San Charbel, como guía y protector de nuestras energías y salud. Con humildad y fe, elevamos nuestra voz hacia el cielo para pedir tu intercesión y la bendición de un día lleno de vitalidad y bienestar.
Oh, San Charbel, ejemplo de devoción y portador de la luz divina, te pedimos que nos concedas la energía necesaria para afrontar los desafíos de este día. Infunde en nuestros cuerpos y mentes la fortaleza que proviene de la conexión con lo celestial, permitiéndonos enfrentar cada tarea con determinación y entusiasmo.
Con fervor y gratitud, te solicitamos, San Charbel, que intercedas ante Dios para que derrame su benevolencia sobre nuestra salud. Que cada célula de nuestro ser se llene de la vitalidad que emana de Su amor infinito.
Te encomendamos nuestra salud física, mental y espiritual, confiando en tu intercesión para protegernos de enfermedades y fortalecer nuestro bienestar integral.
Bendito San Charbel, te pedimos que guíes nuestros pasos a lo largo de este día, que nuestras acciones estén impregnadas de bondad y compasión. Concédenos la claridad mental para tomar decisiones sabias y la paciencia para superar los obstáculos que se presenten en nuestro camino.
En este momento de oración, te agradecemos, San Charbel, por tu constante amor y atención a nuestras súplicas. Confiamos en tu poderosa intercesión para obtener la bendición de un día lleno de salud, energía renovada y la gracia divina que nos permita experimentar la plenitud de la vida.
Que cada latido de nuestro corazón sea una melodía de agradecimiento por las bendiciones recibidas, y que cada respiración sea un recordatorio de la vida que fluye a través de nosotros gracias a la gracia de Dios y tu intercesión, San Charbel. Amén.