En esta serena noche de jueves, elevo mi corazón con gratitud y humildad ante ti, San Judas, apóstol fiel y protector de los desfavorecidos. En el silencio de esta hora tranquila, imploro tu intercesión para alcanzar un descanso reparador que renueve mi cuerpo, mente y espíritu.
San Judas Tadeo, guía amado, recurro a ti en busca de tu poderosa ayuda y protección. Encomiendo mis preocupaciones y fatigas diarias a tu intercesión, confiando en que tu influencia divina allane mi camino y me conduzca hacia la paz interior.
Sé mi faro en la oscuridad de la noche, disipando cualquier inquietud o ansiedad que pueda perturbar mi reposo.
Te pido, amado San Judas, que derrames tus bendiciones sobre mi descanso, permitiendo que el sueño abrace mi ser con su suave abrazo, liberándome de tensiones y preocupaciones.
Concede, por tu bondad infinita, que cada hora de sueño sea restauradora y que despierte mañana con renovadas energías y una mente clara.
Que tu luz divina ilumine mi sendero, y que tu intercesión sagrada me proteja de cualquier mal. Confío en tu poderosa intercesión, San Judas, y agradezco por la paz que tu amor y benevolencia derraman sobre mi vida.
Con humildad y devoción, te ruego, San Judas, que continúes guiando mis pasos y otorgándome la fuerza necesaria para enfrentar cada día con determinación y esperanza. Que así sea, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.