En esta tranquila noche del lunes, elevo mi corazón lleno de gratitud hacia ti, Señor, y hacia San Charbel, intercesor de milagros y sanaciones. En este momento de reflexión, reconozco y agradezco la inmensa bondad que has derramado sobre mi vida.
Oh San Charbel, fiel servidor de Dios, agradezco sinceramente por tu intercesión divina que me ha llevado a la sanidad y la seguridad. En medio de las adversidades, encontré consuelo en tu poderosa intercesión, y hoy me postro con humildad para expresar mi profundo agradecimiento.
Gracias, Señor, por la salud que me has otorgado. Tu amor y misericordia han sido mi refugio en los momentos de aflicción. Cada día es un regalo, y reconozco que mi bienestar es un reflejo de tu gracia infinita.
San Charbel, a ti te encomiendo mi gratitud por guiarme hacia la paz y la curación. Tú, que conoces el peso de las cargas humanas, has aliviado mis preocupaciones y restaurado mi cuerpo y espíritu. Tu intercesión ha sido una luz en mi camino, mostrándome la fortaleza que reside en la fe.
En esta noche, elevo mi voz en acción de gracias, reconociendo que la sanación que he experimentado es un regalo divino. Señor, me comprometo a vivir en gratitud y a compartir tu amor con los demás, llevando la luz de la esperanza a aquellos que enfrentan desafíos similares.
Que mi vida sea un testimonio de tu gracia, Señor, y que la intercesión de San Charbel siga guiándome hacia el camino de la paz y la salud. Encomiendo mi presente y mi futuro a tu cuidado amoroso.
Amén.