En esta serena noche del miércoles 27, elevo mi corazón a ti, oh Dios misericordioso, agradecido por el día que me has concedido. Te doy gracias por las oportunidades, los desafíos superados y las bendiciones recibidas en estas horas de labor.
Encomiendo a tu divina providencia cada paso que he dado y cada esfuerzo que he dedicado. Que mi trabajo sea un testimonio de mi gratitud hacia ti y un medio para cumplir con el propósito que tienes para mi vida.
San Charbel, intercesor ante la divina presencia, imploro tu ayuda y protección en este momento de descanso. Tú, que conoces las fatigas de la vida terrenal, acompáñame en este instante de reposo, para que mi cuerpo y mente se renueven para el día que vendrá.
Guíame hacia un sueño reparador, liberándome de las preocupaciones y tensiones del día. Que tu luz ilumine mi descanso y fortalezca mi espíritu para enfrentar los desafíos que el mañana pueda traer.
Señor, encomiendo a tu amor eterno a mis seres queridos y a todos aquellos que necesitan tu consuelo y sanación. Concede, oh Dios compasivo, descanso y paz a aquellos cuyos corazones están afligidos y cuyos cuerpos están agotados.
Que tu gracia nos envuelva a todos, permitiéndonos descansar en la certeza de tu amor incondicional.
Que esta noche sea un recordatorio de tu presencia constante en mi vida, llena de esperanza y renovación. Amén.