San Charbel Tadeo, en esta noche que cae sobre nosotros, acudimos a ti con humildes corazones llenos de fe y devoción. Tú, que viviste una vida de profunda oración y sacrificio en el monasterio de Annaya, comprendes nuestras preocupaciones y angustias diarias.
En esta oscuridad que envuelve el mundo, te pedimos que ilumines nuestros caminos y nuestras almas con tu luz divina. Tú, que dedicaste tu vida a la contemplación y la comunión con Dios, ayúdanos a encontrar la paz en medio del caos y la tranquilidad en medio de la tormenta.
San Charbel, tú que viviste en soledad y austeridad, enséñanos el valor de la renuncia y la humildad. Ayúdanos a desprendernos de las preocupaciones mundanas y a centrarnos en las cosas que realmente importan, como la búsqueda de la santidad y la unión con Dios.
En esta noche, te pedimos especialmente por aquellos que están enfermos o sufren, por los que enfrentan dificultades económicas, por los que están solos y desesperados. Intercede ante Dios en su nombre y bríndales consuelo y esperanza.
San Charbel, te pedimos que nos fortalezcas en nuestra fe y nos guíes en nuestro camino espiritual. Ayúdanos a ser testigos vivos del amor y la misericordia de Dios en nuestras vidas.
En esta noche, te encomendamos a todas nuestras intenciones y necesidades, sabiendo que tú, San Charbel Tadeo, eres un poderoso intercesor ante Dios. Que nuestras palabras y pensamientos lleguen a Él a través de ti.
Te agradecemos por tu amor y tu protección, y confiamos en tu intercesión. Amén.