Oh, San Charbel, fiel seguidor de Cristo y modelo de humildad, acudo a ti en este día sábado para elevar una ferviente oración por la salud de quienes lo necesitan.
Tú, que experimentaste la vida en soledad y oración en el monasterio de Annaya, comprendes las dificultades y pruebas que enfrentamos en nuestros cuerpos y almas.
Te imploro, San Charbel, que intercedas ante Dios Todopoderoso en nombre de aquellos que padecen enfermedades físicas o mentales. Te pedimos por aquellos que luchan contra dolores, debilidades y aflicciones, para que encuentren alivio y consuelo en la gracia divina.
Derrama tu bendición sobre los médicos, enfermeras y todo el personal de salud que dedican sus vidas al cuidado de los enfermos. Ilumina sus manos y sus mentes para que puedan diagnosticar y tratar con sabiduría y compasión.
San Charbel, te encomendamos especialmente a quienes enfrentan enfermedades crónicas o graves, a los que luchan contra el cáncer, a los que padecen enfermedades incurables y a todos los que están sufriendo. Concédeles fuerza para perseverar en su fe y confianza en la voluntad de Dios.
Te pedimos que, a través de tu intercesión, la salud física y espiritual fluya como un regalo divino en la vida de aquellos que más lo necesitan. Inspira en ellos un espíritu de gratitud y aceptación, incluso en medio de la adversidad.
San Charbel, ruega por nosotros para que podamos seguir tu ejemplo de devoción a Dios y servicio a los demás. Que este sábado sea un día de esperanza y sanación para todos aquellos que claman por tu ayuda. Amén.