Oh glorioso San Judas Tadeo, apóstol y amigo de nuestro Señor Jesucristo, en esta luminosa mañana me acerco a ti con gratitud y humildad. Te imploro que extiendas tu poderosa intercesión para que mi día esté colmado de bendiciones divinas.
En tu nombre, San Judas Tadeo, busco la fortaleza para enfrentar los desafíos que puedan surgir. Que tu luz guíe mis pasos y tu protección me rodee, permitiéndome avanzar con confianza y serenidad en cada momento que me espera.
Bendito San Judas, te pido que disipes cualquier sombra de duda o temor que pueda nublar mi corazón. Que tu intercesión abra camino para que la gracia divina se derrame abundantemente sobre mí, llenando mi día de alegría, paz y amor.
Conviérteme en instrumento de tu bondad, para que mis acciones reflejen la compasión y el entendimiento. Que cada encuentro sea una oportunidad para sembrar semillas de amor y generosidad, inspirando a aquellos que me rodean.
San Judas Tadeo, encomiendo a tu amorosa atención mis aspiraciones y proyectos. Que tu intercesión guíe mis decisiones, permitiéndome seguir el camino de la rectitud y la bondad. Que mi día sea una manifestación de la gracia divina, y que, al finalizar, pueda reflexionar con gratitud por las bendiciones recibidas.
Que esta jornada transcurra bajo la sombra de tu protección, y que cada desafío sea una oportunidad para crecer en fe y sabiduría. Amado San Judas, confío en tu poderosa intercesión para hacer de este día una experiencia llena de bendiciones divinas.
Amén.